La Consulta de la Orden tuvo lugar en Roma, bajo la mirada de Nuestra Señora de Palestina

Este año, los Grandes Priores estaban invitados de forma excepcional a la reunión cuadrienal de los Lugartenientes y Delegados Magistrales, la cual se organizó alrededor del Gran Maestre y el Gobernador General

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«Que la Virgen María, a quien invocan con el título de Reina de Palestina, les asista siempre en su misión» afirmó el Papa Francisco el pasado 9 de noviembre al recibir a los participantes de la Consulta de la Orden del Santo Sepulcro, reunidos en Roma en el marco de su asamblea general estatuaria, cuyo tema era la formación de los Caballeros y Damas.

Antes de bendecir a todos los miembros de la Orden y a sus familias, el Santo Padre dirigió sus pensamientos hacia Tierra Santa, declarando con seriedad: «Lamentablemente, somos testigos de una tragedia que se desarrolla precisamente en los lugares donde vivió el Señor, donde, a través de su humanidad, nos enseñó a amar, a perdonar y a hacer el bien a todo el mundo. En cambio, vemos un pueblo desgarrado por un inmenso sufrimiento que afecta, sobre todo, a muchos inocentes, a muchos fallecidos inocentes. Por eso, me uno espiritualmente a ustedes, que ciertamente viven este encuentro de la Consulta compartiendo el gran dolor de la Iglesia Madre de Jerusalén e implorando el don de la paz».

En este contexto extremadamente preocupante para Tierra Santa, unos 200 responsables de la Orden, procedentes de unos cuarenta países, rezaron y trabajaron del 6 al 10 de noviembre alrededor del Gran Maestre, el cardenal Fernando Filoni, y del Gobernador General, el Embajador Visconti di Modrone. 

Cada uno de los días de este encuentro comenzó con una misa matinal, en la cual los miembros del Gran Magisterio, así como los Grandes Priores, los Lugartenientes y Delegados Magistrales, espiritualmente guiados por el Gran Maestre, encaminaron a los fieles de la diócesis de Jerusalén en la oración, sobre todo, durante la eucaristía del 8 de noviembre, celebrada en honor a Nuestra Señora de Palestina y presidida por el Embajador de la Orden, Mons. Tommaso Caputo. 

Nada más iniciarse la Consulta, tras las palabras de bienvenida del Gran Maestre y del Gobernador General, las miradas de los participantes se dirigieron a Tierra Santa, con la intervención audiovisual del cardenal Pierbattista Pizzaballa, retransmitida en directo, durante la cual describió la terrible situación que vive toda la población, reafirmando su voluntad de trabajar en favor de la unidad y pronunciando palabras de esperanza en medio de una profunda noche espiritual. Además, agradeció calurosamente a la Orden por su apoyo regular y generoso, más necesario que nunca.

Entre las intervenciones más importantes, destaca la del Padre Flavio Pace, Subsecretario del Dicasterio para las Iglesias Orientales, quien sugirió que la Orden podría ampliarse y acoger entre sus miembros a católicos no latinos de diversos continentes, en el espíritu de la colaboración que existe en el seno de la ROACO (Reunión de las Obras para la Ayuda de las Iglesias Orientales), donde la Orden participa materialmente en algunos proyectos de Tierra Santa, que implican a católicos de otras Iglesias, sobre todo, melquitas y maronitas.

«Toda la Iglesia tiene el deber moral de apoyar a la Iglesia Madre de Jerusalén, porque así se estableció en la tradición apostólica desde que el apóstol Pablo pidió a las comunidades cristianas, que él mismo había formado, que se solidaricen con los hermanos y hermanas de la Ciudad Santa», comentó el cardenal Filoni, durante un intenso debate sobre la formación, en el que los miembros también tuvieron que profundizar en las fuentes bíblicas de su compromiso.

Tras la sesión inaugural, los dos primeros días estuvieron dedicados a las reuniones bilaterales, únicas y precisas, que hubo entre el Gran Maestre y el Gobernador General con el Lugarteniente y el Gran Prior de cada Lugartenencia, además de a los debates por grupos lingüísticos en base a un documento que tenía que mejorarse, cuyo título en latín es «Instrumentum laboris», centrado en el tema de esta Consulta.

Los debates, enriquecidos por la presencia de los Grandes Priores, abordaron numerosos aspectos, teniendo en un segundo plano la urgencia eclesiológica de encarnar hoy el ideal caballeresco, respondiendo personalmente a la llamada universal a la santidad que fue lanzada por el Concilio Vaticano II, puesto que cada fiel recibió en el bautismo una efusión de sangre real.

La sesión plenaria del tercer día estuvo marcada por la presencia de Mons. Roberto Campisi, Asesor de la Secretaría del Estado de la Santa Sede, quien, al conocer el trabajo de los grupos, destacó que se trata esencialmente de que los miembros de la Orden experimenten una indispensable formación del corazón, poniendo en práctica el Evangelio para adquirir de forma gradual «un corazón que ve», de acuerdo con la expresión de Benedicto XVI en su encíclica Deus caritas est. «Estos días les animan a vivir el presente, que el Santo Padre definió como “noches de conflictos”, como “lámparas de caridad” que no dejan que la esperanza se apague, sino que, en el espíritu de San Francisco de Asís, continúan brillando para encender luminosos destellos de paz y luces de bien».

Los resúmenes de los grupos de trabajo internacionales han permitido, a través de los cuatro Vicegobernantes – Tom Pogge, Jean-Pierre de Glutz, Enric Mas y John Secker – aportar al Gran Maestre algunas indicaciones y elementos de reflexión que le permitirán elaborar el documento final sobre la formación de los Caballeros y Damas, además del nuevo Reglamento y el nuevo Ritual que acompañarán al nuevo Estatuto de la Orden, firmado por el Papa Francisco.

«Este documento nos ayudará en el trascurso de la formación. No pretende responder a todas las preguntas, sino que volvamos a centrarnos en la naturaleza de la Orden, su especificidad, que concierne a la muerte y la resurrección de Cristo. Nuestra Orden es laica, caballeresca en el sentido más noble del término, y sus miembros tienen vocación de ser nobles de corazón, expresada en su consideración por Tierra Santa», resumió el cardenal Filoni. Además, el Gran Maestre anunció la futura creación de una comisión de historiadores, cuya tarea será establecer de forma clara los origines de la Orden, ligados principalmente a la gran renovación de la Iglesia, impulsada a principios del siglo XIII por San Francisco de Asís durante su histórica peregrinación a los lugares santos de la fe cristiana.

El cuarto día, tras la audiencia papal de la mañana, tuvo lugar la reunión del Gran Magisterio, con la participación audiovisual en directo de Sami El Yousef, director de la administración del Patriarcado latino de Jerusalén. Este hizo un balance sobre el estado de los proyectos apoyados por la Orden en 2023, gracias a más de 12 millones y medio de euros de donaciones de Caballeros y Damas, enviadas este año a Tierra Santa. En su informe, el Gobernador General habló de las contribuciones que llegan para la ayuda humanitaria en Gaza y, después, destacó los esfuerzos de desarrollo de la Orden, sobre todo, en Asia y África, abriendo la perspectiva de una mayor participación futura de los «amigos de la Orden», personas que deberían ser integradas de una forma más plena en la vida de la institución pontificia, quizás mediante una fundación declarada de utilidad pública.

El último día, se organizó una peregrinación a San Pablo Extramuros. Más tarde, el Gran Maestre presidió una misa conclusiva en el santuario mariano del Divino Amor. Antes de despedirse, todos los participantes de la Consulta firmaron personalmente una carta dirigida al Patriarca latino de Jerusalén, asegurándole sus oraciones por su diócesis y su afectuosa cercanía en aquellos momentos tan difíciles para todos los habitantes de Tierra Santa.

 

François Vayne

 

(Noviembre de 2023)