Encuentro con familias cristianas de Jerusalén
UNA MADRE CORAJE
Nisreen, madre de familia de 53 años, lucha por superar las dificultades de la vida tras años de separación de su marido. Vive con sus cuatro hijos en un modesto piso alquilado por 500 dólares y padece diabetes y problemas cardíacos que la obligan a acudir al hospital con frecuencia.
Desempleada a causa de sus problemas de salud, lucha por adquirir medicamentos esenciales. A pesar de los plausibles esfuerzos de su hija mayor, que contribuye a los ingresos de la familia gracias a un trabajo de dependienta en una tienda de ropa, la familia sigue afrontando dificultades económicas. La hija mayor de Nisreen sueña con estudiar electricidad para llegar a ser técnico profesional. Gracias al generoso apoyo de la Orden, nos hemos comprometido a hacer realidad ese sueño. El hijo menor de la familia está en el instituto. La grave situación económica de la familia a menudo les priva de adquirir alimentos y les impide pagar las facturas de electricidad.
Las contribuciones del Patriarcado latino de Jerusalén, ya sean para los vales de comida o para el pago de las facturas de electricidad, aportan una ayuda esencial a esta necesitada familia. Además, nuestros programas de capacitación pretenden ofrecer a los hijos de NisEncuentro con familias cristianas de Jerusalén reen las competencias y oportunidades necesarias para contribuir de manera significativa a los gastos de la familia.
UNA FAMILIA QUE LUCHA POR SOBREVIVIR
Nancy, de 32 años y madre de cuatro hijos, se enfrenta a grandes dificultades. Su marido, taxista de 40 años, ha visto sus ingresos gravemente afectados a causa de la guerra actual. La discriminación le impide atender a pasajeros israelís y el riesgo de ataques en las zonas israelíes dificulta aún más su trabajo. La familia, que luchaba para llegar a fin de mes, fue desalojada de su casa de Beit Hanina al no poder pagar el alquiler. Gracias a la ayuda del Patriarcado y del sacerdote de la parroquia, han conseguido un piso sencillo. El alojamiento es muy pequeño, por lo que algunos miembros de la familia se ven obligados a dormir en la cocina.
Para suavizar su carga económica, ayudamos a Nancy a conseguir un trabajo como ayudante de cocina en el monasterio ortodoxo griego, el cual le ofrece unos ingresos modestos. A pesar de sus esfuerzos, su situación familiar sigue siendo complicada, por lo que estamos trabajando con la Custodia de Tierra Santa para encontrarles una casa más apropiada. El sacerdote de la parroquia contribuye al pago de su actual alquiler y nuestro apoyo abarca los vales de comida, las facturas de electricidad y las tasas de escolaridad de los niños, además del impuesto sobre bienes inmuebles (Arnona), a través del fondo de Jerusalén Este.
En esta difícil situación, los padres de Nancy intentan ayudarlos, pero sus limitados ingresos no les permiten hacerlo con regularidad. Esta familia necesita ayuda de forma urgente y el apoyo de la Orden puede tener un impacto significativo en su camino hacia una situación más estable y un futuro mejor.
UNA FAMILIA EN PARO
Michelin, una mujer separada de su marido, se enfrenta a grandes dificultades a la hora de cuidar de sus dos hijas de 21 y 24 años y de su hijo de 22.
Viven en una pequeña casa puesta a disposición por la Custodia de Tierra Santa, aunque en unas condiciones de insalubridad persistentes, debido a las graves limitaciones de espacio. Michelin, que trabajaba en una guardería, perdió su trabajo durante los recientes despidos provocados por la guerra. Desgraciadamente, una de sus hijas, que trabajaba a tiempo parcial en un hotel, también se quedó en paro. Las dificultades económicas de la familia se vieron agravadas por el hecho de que el hijo de Michelin, que es el único que se gana la vida como empleado de un hotel, trabaja muy pocas horas por un mísero salario.
Ante esta grave situación, utilizamos el fondo de Jerusalén Este para ayudar a Michelin a saldar las deudas que había acumulado con la compañía nacional de seguros. A su vez, los ayudamos con el pago del impuesto sobre bienes inmuebles y los vales de comida.
A pesar de estos esfuerzos, su situación sigue siendo muy delicada, de ahí la urgente necesidad de una ayuda continua. La ayuda de urgencia de la Orden marca la diferencia al aliviar las dificultades a las que Michelin y su familia se enfrentan en estos momentos tan difíciles.
LAS DIFICULTADES DE UN PADRE DE
FAMILIA TRAS LAS REPRESALIAS PROVOCADAS POR LA GUERRA
Suleiman, padre de tres hijos, se enfrenta a numerosos desafíos mientras se esfuerza por satisfacer las necesidades de su familia. Su hija, becada por la Custodia de Tierra Santa, estudia en la Universidad de Belén. El hijo mayor de Suleiman, de 23 años, terminó con éxito sus estudios de óptica gracias a la ayuda del Patriarcado latino de Jerusalén y se encuentra en búsqueda de empleo. Hoy en día, su segundo hijo desea aprender a conducir un autobús y nos ha pedido que le ayudemos en su proyecto.
Las dificultades económicas de la familia se ven agravadas por el hecho de que la mujer de Suleiman está en paro y no tiene estudios. Además, el propio Suleiman padece problemas cardíacos y necesita medicación y revisiones periódicas, ya que tiene las arterias obstruidas. Suleiman y sus dos hijos, que antes trabajaban como guardias de seguridad en el Muro Occidental (Kotel), desgraciadamente fueron despedidos como parte de las medidas de represalia tras los atentados del 7 de octubre. Para cubrir sus necesidades más urgentes, les estamos ayudando a pagar el alquiler, los vales de comida y las facturas de electricidad.
Sin embargo, la familia continúa teniendo que hacer frente a grandes dificultades y lucha por poder comer. El apoyo continuo es esencial para permitir que esta resiliente familia pueda tomar las riendas de su vida y alcanzar la estabilidad y la autonomía.
VIVIR EN UNA ÚNICA HABITACIÓN CON SIETE HIJOS
Nakhleh, de unos cincuenta años, se enfrenta a grandes dificultades para vivir con su mujer y sus siete hijos en un piso con una única habitación en el Casco Antiguo de Jerusalén. Su vida dio un giro radical cuando tuvo que dejar de trabajar con su furgoneta de reparto tras diagnosticársele un cáncer, lo que empeoró su situación familiar. A pesar de estas dificultades, existe un rayo de esperanza, ya que su hija, apoyada por nuestros programas de capacitación, continúa sus estudios como secretaria médica.
A su vez, dos de los hijos mayores de Nakhleh quieren ser conductores de autobús. Uno de ellos ya se beneficia de nuestro apoyo y se están tomando medidas para ayudar al segundo. Sin embargo, la situación de la familia sigue siendo muy delicada: la esposa de Nakhleh no puede trabajar para poder ocuparse de su numerosa familia, mientras que los demás hijos todavía están en la escuela.
Intervinimos para aliviar su carga financiera ayudándoles a pagar los vales de comida, las facturas de electricidad, el impuesto sobre bienes inmuebles y las tasas de escolaridad. No obstante, la gravedad de su situación necesita una ayuda continua. Nos comprometemos a velar por que esta numerosa familia no esté sola ante dichas dificultades.
(Marzo de 2024)