Cuidar a los niños de los emigrantes en Israel

El testimonio de Donata Krethlow-Benziger, cancillera de la Lugartenencia suiza de la Orden del Santo Sepulcro. Nos habla de su compromiso al servicio de Tierra Santa y del Proyecto de un “Babywarehouse” en Tel Aviv.

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Donata Krethlow-Benziger y Mons. Grampa La cancillera Donata Krethlow-Benziger en compañía de Mons. Pier Giacomo Grampa, Gran Prior de la Lugartenencia Suiza de la Orden del Santo Sepulcro.

“Es lo que caracteriza nuestra orden”, declara la cancillera de la Lugartenencia suiza Donata Krethlow-Benziger: la completa igualdad entre las Damas y los Caballeros. La igualdad de los derechos para hombres y mujeres como existe en la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén es sencillamente un ejemplo para las organizaciones laicas en la Iglesia católica. En 2010, Donata Krethlow-Benziger era la primera mujer en suiza que asumía el cargo de canciller.

“Mi adhesión a la Orden Ecuestre es una tradición familiar”, explica la historiadora de 45 años. Después de su primera peregrinación a Tierra Santa con la Orden, hace unos diez años, su perspectiva cambió: la teoría del compromiso social de la Orden Ecuestre fue tangible en Tierra Santa. La proximidad de los cristianos y la visita de los numerosos proyectos apoyados por la Orden Ecuestre motivaron en ella el deseo de volverse más activa. Le impresionó y estimuló ver la manera en la que la gente vive su fe en Tierra Santa y cómo parecía todo contradictorio con respecto a Europa.

Con medio millón de francos suizos al año, más o menos, los miembros de la Orden son unos donadores importantes para los proyectos humanitarios de los cristianos en Tierra Santa, afirma la cancillera. La próxima visita va a ser dedicada a los “Babywarehouses”, como desea esta historiadora comprometida que en adelante desea movilizar a los suizos para que hagan más donativos para mejorar esas casas.

Según el informe de las autoridades en Tierra Santa, hay más de cien instalaciones para cuidar a niños sin licencias hijos de emigrantes ilegales, la mayoría africanos, filipinos e indios en Tel Aviv (se estima que sean unos 2.600 bebés y niños pequeños). Los “campos de bebés” y los “garajes de niños” – los llamados “Babywarehouses” – se encuentran en la estación de Tel Aviv y en las cercanías, donde viven refugiados cristianos eritreos.

Son las familias mismas de los refugiados quienes organizan estas estructuras, ya que la demanda para cuidar los niños es muy grande. Construyeron estos campos como solución de urgencia para las madres eritreas que tienen que trabajar y pueden mientras tanto dejar a sus niños por poco dinero. Algunas de esas “Babywarehouses” meten entre sesenta y cien bebés en una habitación. El personal no está formado y excedido. Pueden coger hasta cien niños para una sola persona. En esas condiciones, los bebés sufren, se enferman y algunos mueren.

El Patriarcado latino de Jerusalén bajo la dirección del P. David Neuhaus, jesuita, Vicario patriarcal para los católicos de lengua hebrea, ha tomado la iniciativa de estructurar esta guardería para niños: se han alquilado terrenos; se han formado enfermeras y van a formar al resto del personal. El proyecto actual prevé la construcción de más de 400 centros de guardería y va a permitir a los emigrantes y refugiados que dispongan de una instalación legal y sana para guardar a sus hijos.

Este proyecto que tanta importancia tiene para Donata Krethlow-Benziger, ya ha recibido fondos de Alemania y de Austria. Este año también Suiza ha dado su contribución financiera con el deseo de que la “profesionalización” de las Babywarehouses pueda mejorar la situación sobre el terreno. En el mes de agosto de 2016, la cancillera, Donata Krethlow-Benziger va a visitar con el P. David Neushaus las “Babywarehouses” de Tel Aviv.


Artículo realizado por Nina Oezelt


(2 de agosto 2016)