Algunas reflexiones del Gobernador General sobre las reuniones institucionales de la Orden en tiempos de pandemia

Durante el último mes de este difícil año han tenido lugar dos importantes eventos institucionales para la Orden del Santo Sepulcro: la reunión de los Lugartenientes latinoamericanos el 10 de diciembre y la de los europeos el 11 de diciembre.

No habían tenido lugar durante mucho tiempo, y siempre se posponían con la esperanza de poder realizarlas presencialmente. La crisis sanitaria nos obligó a celebrarlas por videoconferencia, y esto también ha permitido abrirlas a los miembros del Gran Magisterio, un punto importante para ampliar el acceso a la información, lo que no había sido el caso en el pasado.

Al analizar las consecuencias y efectos del coronavirus, intentamos destacar algunos aspectos positivos de las dos últimas reuniones, además de las celebradas en el año después de la aparición de la pandemia.

Ya la reunión de primavera del Gran Magisterio, gracias a la fórmula de envío de contribuciones escritas a Roma por parte de los distintos miembros, había permitido, además de una importante reducción de gastos, disponer de documentos precisos en italiano e inglés sobre lo analizado y discutido. La siguiente reunión, la de los Lugartenientes norteamericanos, fue la primera experiencia de conexión a distancia, muy exitosa, pero facilitada objetivamente por el uso de un solo idioma, el inglés.

La reunión de otoño del Gran Magisterio tuvo que conciliar las exigencias de las grandes distancias entre los miembros con sede en Europa, Australia y América, pero a pesar de las diferentes zonas horarias y el encomiable sacrificio de quienes tuvieron que intervenir en medio de la noche, permitió un diálogo pleno y constructivo, así como un importante ahorro en gastos de viaje y alojamiento en comparación con las reuniones anteriores.

Las dos reuniones de diciembre supusieron un nuevo paso adelante desde el punto de vista técnico, ya que fue necesario prever la traducción en cuatro idiomas para los latinoamericanos (italiano, español, portugués e inglés) y en cinco idiomas para los europeos (italiano, alemán, inglés, francés y español).

En la primera de las dos reuniones, los seis Lugartenientes (Argentina, Brasil - Río de Janeiro, Brasil - São Paulo, Colombia, México y Venezuela) pudieron intervenir ampliamente y en profundidad. Para la reunión del día siguiente con los Lugartenientes europeos, dado el gran número de participantes (36), las intervenciones se limitaron a las de los siete relatores que trataron cuestiones comunes a sus grupos geográficos/lingüísticos, después de un trabajo de enlace y recopilación de información dentro de cada grupo.

Todos los encuentros comenzaron con una oración del cardenal Gran Maestre y disfrutaron de su reflexión final, que fue muy alentadora y segura. Su Eminencia pudo también presentar su libro para una espiritualidad de la Orden del Santo Sepulcro (ya en las librerías en su versión italiana y posteriormente se traducirá a varios idiomas) y el «Ritual para las Liturgias» que ha definido para el bien de todas las Lugartenencias.

En contacto con Jerusalén y Glasgow, fue posible obtener información reciente del Administrador del Patriarcado latino por un lado, y del presidente de la Comisión de Tierra Santa por el otro.

En esencia, los temas más interesantes para la Orden fueron discutidos en una atmósfera positiva y constructiva: actualizar la programación de las actividades debidas a la pandemia; los resultados mejores de lo previsto tras la convocatoria de un Fondo Extraordinario Covid-19; la definición de los compromisos derivados del nuevo Estatuto y la perspectiva de actualización del Reglamento General; el problema del aumento de la edad media de los miembros y el tema paralelo de las iniciativas en favor de las generaciones más jóvenes; la formación de los candidatos y las posibles acciones para recuperar a los que se están alejando; la profundización espiritual y la definición de liturgias uniformes; las relaciones con el clero, la necesidad de intensificar la comunicación, la transparencia administrativa, los aspectos disciplinarios, las relaciones con otras Órdenes, la información sobre los proyectos en Tierra Santa, las obras de restauración del Palazzo della Rovere, la organización de eventos promocionales, la deseada reanudación de las peregrinaciones, los resultados de la Consulta de 2018 y la apertura de la Orden a nuevos países.

Es cierto que la comunicación a través de las pantallas hace que el clima de diálogo sea más frío, en comparación con un pasado que también permitía oraciones comunes y reuniones informales, además de momentos de convivencia que fomentaban la fraternidad. Por esta razón he fomentado reuniones también entre pequeños grupos de Lugartenientes cercanos por su afinidad lingüística o problemas similares, con el apoyo y la coordinación de los Vicegobernadores competentes, y he reafirmado mi total disponibilidad para el diálogo con Roma, tanto por correo electrónico como por teléfono.

En conclusión, me parece que aunque el Covid 19 ha introducido ciertamente muchas variables críticas, con la cancelación de ceremonias, reuniones y peregrinaciones, también ha estimulado la comunicación y ha conducido a un ahorro en los gastos. Por último decir que ha mejorado considerablemente este año el intercambio de información entre la labor de enfoque político-programático del Gran Magisterio y la actividad en el ámbito de las distintas Lugartenencias en todas las regiones geográficas. Y este es un elemento que no deberíamos subestimar.

Así que no nos desanimemos y continuemos nuestro camino, iluminados por una fe segura y una caridad generosa.

Leonardo Visconti di Modrone
Gobernador General

(Enero 2021)