Cuando la experiencia de los peregrinos en Tierra Santa puede vivirse en casa

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Mamean

Alo largo de la costa oeste irlandesa se encuentra Mameán, un pasaje situado entre las montañas de Maumturks. Cuenta la leyenda que ese lugar ya era un santuario en tiempos de los celtas y que los cristianos lo transformaron en santuario cristiano. Más recientemente, en los siglos XVIII y XIX, en tiempos de las leyes penales,* dado que era difícil su acceso, se convirtió en un lugar ideal para celebrar la Misa clandestinamente. El P. Francis Mitchell, Maestro de ceremonias eclesiástico de la Lugartenencia para Irlanda de la Orden del Santo Sepulcro y secretario diocesano del arzobispo de Tuam, cuenta la emocionante experiencia que tuvo lugar el pasado Viernes Santo, realizando la Vía Dolorosa y meditando la pasión de Cristo con 150 jóvenes en ese lugar tan especial. Nos recuerda así que la experiencia de la peregrinación a Tierra Santa, que cada Dama y Caballero de la Orden está llamado a realizar, puede ser copiada a dos pasos de casa.

 

En su Carta apostólica Sanctuarium in Ecclesia, el Papa Francisco escribe: «El Santuario tiene en la Iglesia un “gran valor simbólico” y hacerse peregrino es una verdadera profesión de fe». Por supuesto, ir de peregrinación a la cima de una montaña no es nada nuevo.

Los especialistas de las Escrituras dicen que en la Biblia se habla en ellas más de 500 veces y, dado que las cimas de las montañas están más cerca de Dios, que «es él, quien tiene su trono sobre el círculo de la tierra» (Is 40, 22), se han convertido en lugar de oración (Mt 14, 23) y a menudo en lugares para revelaciones divinas (Mt 17, 1-13).

El peregrino, habiendo sido invitado sobre todo por la Gracia a escalar la montaña dándose después la posibilidad de encontrar allí a Dios que es amor, es imposible que no cambie como fue el caso de Moisés, de los discípulos en la Montaña de la Transfiguración e incluso Jesús mismo.

Cuando el peregrino hace lo que puede para acompañar a Jesús en su peregrinación del Viernes Santo, vivirá un cambio similar al de Simón el Cirineo en la quinta Estación, y será bendecido de manera especial y personal, como Verónica, por su acto de ternura en la sexta Estación. Mameán está muy lejos del Gólgota. Es muy poco conocido, incluso en Irlanda del Oeste, así que en Tierra Santa, pueden imaginarse.

Pero el Viernes Santo de cada año se santifica su Vía Crucis con los pies del pueblo peregrino de Dios que viene y se une al corazón universal: «Te adoramos, Oh Cristo y te bendecimos porque con tu santa cruz redimiste al mundo».

*Las leyes penales eran un conjunto de ordenanzas que se aplicaban en Irlanda, impuestas por el gobierno británico, y que retiraban todo poder a la mayoría católica del país.


(primavera 2019)